08-02-2024 La Diputación de Badajoz dona dos cerdos para su sacrificio en este evento festivo y de convivencia familiar
El diputado provincial Saturnino Alcázar, acompañado por el alcalde de Siruela, José Luis Camacho, han presentado la décima edición de la matanza didáctica que este municipio celebra el próximo día 17 y que se espera que congregue a unas 600 personas.
Como ha recordado el diputado, esta matanza de carácter didáctico se enmarca en el proyecto ‘Nuestras raíces, nuestro futuro’ que entronca con la tradición de Siruela y de la comarca de La Siberia. Esta actividad, “ligada al campo y a la convivencia familiar”, indica, tiene un gran arraigo en la población, al igual que otro evento destacado en la localidad como es la ruta de la trasterminancia que tiene lugar en noviembre.
Como sostiene el alcalde, este evento nace de la necesidad de transmitir a los jóvenes de Siruela la esencia, las costumbres y tradiciones que poco a poco han ido marcando la identidad que define a su población. De ser una práctica habitual de las familias con las que abastecían sus despensas todo el año, se limita ahora al sacrifico de un par de cerdos de modo pedagógico y cumpliendo con las normas de bienestar animal. Estos ejemplares son cedidos por la Diputación de Badajoz, por que el regidor siroleño no ha dudado en mostrar su agradecimiento a la institución. De estos dos animales, uno se sacrifica en el matadero y el otro en la plaza central.
La matanza tradicional del cerdo es todo un signo cultural en Extremadura. Arraigada desde hace siglos, era y sigue siendo una fiesta popular que reúne a la familia y vecinos en una colaboración conjunta para las variadas elaboraciones que se hacen con la carne del gorrino. Durante este proceso, se explica el despiece del cerdo y se ofrecen diferentes pruebas para su degustación.
Esta tradición reconvertida en didáctica enriquece la oferta cultural y turística de la comarca de La Siberia. Por ello, la Diputación de Badajoz se suma a colaborar en su celebración, sobre todo por el valor que supone el intercambio que se produce entre dos generaciones muy distintas entre sí, pero con una historia y unas costumbres en común.
“Se trata de una actividad ligada a la ganadería que se completa con un programa más amplio para el disfrute del pueblo y de cuantos lo visitan ese día”, indica Alcázar, pues en torno a la misma se degustan migas a primera hora y un buen cocido para comer con los productos de los animales sacrificados. Mientras tanto, los foráneos que acudan a esta tradición encuentran una buena oportunidad para conocer la localidad y su entorno o asistir a los talleres y elaboraciones programadas.
A su vez, José Luis Camacho ha recordado que este año se ha organizado un homenaje a los voluntarios que han colaborado en la matanza desde sus inicios en reconocimiento a su labor altruista.
Por la tarde, un trío musical amenizará la carpa situada en la Plaza de España y se llevará a cabo un taller de embutido para todo aquel que desee elaborar chorizos con sus propias manos. Al caer el sol se cocinará en las brasas de la lumbre una asado de carne para rematar la jornada.
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