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Gucemas, entre lo estético y lo siniestro

28-10-2011 El pintor llenerense afincado en Argentina regresa a Extremadura para exponer sus trabajos hasta el 21 de noviembre en la Diputación de Badajoz

El diccionario de pintores y escultores españoles del siglo XX indica sobre Gerardo Ramos Gucemas: “pintor expresionista, riguroso dibujante y exaltado colorista....su pintura temperamental y vehemente es de elaborada factura”. Y de una estética, como sostiene el comisario de la muestra, Julián Ruíz Banderas, que combina lo bello con lo siniestro.

Así es la obra de Gucemas que puede visitarse en la sala “Vaquero Poblador” de la Institución Provincial pacense hasta el próximo 21 de noviembre gracias al empeño de su hermana Lucía. El Área de Cultura de la Diputación recogió el testigo, y de ese modo la capital pacense acoge la primera exposición del pintor, afincado en Tucumán (Argentina) desde 1971 pero natural de Llerena, ciudad que lo conoció en 1960 y en 2007 gracias a sendas muestras de sus cuadros.

La serie de 30 acrílicos realizados en estos últimos años fue inaugurada ayer con la asistencia del pintor, su mujer, familia y amigos, y de sus paisanos Zenón Luis Paz y Valentín Cortés. Los acompañaron el diputado y director del Área de Cultura de la Diputación, Miguel Ruíz y Francisco Muñoz, respectivamente, el comisario de la muestra, Julián Ruíz Banderas, y la responsable del montaje de la exposición, Lourdes Román.

Ruíz Banderas sabe mucho de Gucemas. Amigo primero y comisario de la muestra después, define al pintor como un extremeño que junto a otros paisanos suyos, ya sea Timoteo Pérez Rubio o Barjola, tuvieron que salir de su tierra para formarse fuera. Recuperados con el tiempo, Gucemas regresa a Extremadura como un llenerense atucumanado que en Argentina enmarcan en la mejor tradición de la pintura española.

“De vocación autodidacta -recuerda Banderas-, estudió en Madrid, sobre todo en el Museo del Prado, que visitó con frecuencia y de cuyos grandes pintores aprendió y se dejó influir, como las pinturas negras de Goya, su primer referente”. Posteriormente, ya en Argentina, conocería la obra de Francis Bacon, otro de sus influencias básicas. Porque Gucemas practica una estética de lo bello y lo siniestro al conjugar ambos elementos en un resultado plástico que a nadie deja indiferente. Para el comisario, “su pintura es antropocéntrica porque le preocupan los problemas humanos y las relaciones entre los hombres, los dos vectores de su arte: lo erótico y lo tanatológico. De ahí el resultado de su obra, contundente, espléndida y comprometida. En esos parámetros domina a la perfección las texturas, la sintáxis y el compromiso que emanan de sus trabajos”.

Gerardo Ramos le debe mucho a Argentina, donde ha triunfado gracias a críticas memorables, como las aparecidas en las décadas de los 70, 80 y 90 del pasado siglo en distintos diarios y revistas como “Clarín”, “El Economista”, “Artemas” o “La Opinión”.

“Es -resalta Ruíz Banderas- uno de los pintores más emocionantes que ha dado esta tierra. Sus acrílicos así lo demuestran, por lo que hay que agradecer al alcalde de Llerena y presidente de la Diputación pacense, Valentín Cortés, por ser el factotum de la exposición”.

Cortés agradeció la referencia pero no dudó en reconocer en Lucía Ramos Gucemas, su hermana, la responsabilidad del proyecto. Para el presidente provincial, Gerardo no elude ni su origen ni su compromiso cívico. Es un artista entregado a su obra, pero trasciende con ella el dolor humano. No es en absoluto un pintor complaciente”.

Como rezan las críticas a su obra, la pintura de Gucemnas exhala carnalidad en cuerpos retorcidos, plenos de vida, de un erotismo casi salvaje que expone utilizando colores vivos y refulgentes.

“Es una pintura -añadió Cortés- sin concesiones, será por eso por lo que en un mundo en el que priman en demasía las leyes del mercado, Gucemas no es rico. Lo es en experiencias y en amigos. Yo, desde luego, me siento uno de ellos. Que quede bien claro que Gerardo es un gran pintor, en su obra están los mejores, el alma de lo que ha tenido mayor proyección de la pintura, sobre todo española, de todos los tiempos”.

A otro de sus coetáneos, Zenón Luis Paz, niños ambos de posguerra y años de hambruna, le apena que en Extremadura no exista ninguna representación de su pintura, ya sea en museos o en colecciones particulares.

Apuntes biográficos

Gucemas nació en la ciudad pacense de Llerena en plena posguerra española. Se marchó a Madrid muy joven y allí se formó artísticamente. Realizó sus primeras muestras en los años 60, militó entonces en la Asociación Libre de Artistas Plásticos Españoles, que conducía el escultor Eduardo Chillida. Harto de la dictadura franquista viajó a la Argentina y se radicó en Tucumán. Allí conoció otra dictadura, la de Videla. A comienzos de los 70 presentó su primera muestra con trabajos que había traído de Madrid. Al año siguiente ganó el primer premio del Salón Nacional de Santa Fe. Una muestra suya se inauguró con mucho éxito unos días después en la “Galería Lirolay” de Buenos Aires y la mezcla de esas experiencias iniciáticas lo terminaron de afincar en Tucumán.

En 2004 expuso una retrospectiva de su trabajo en el Museo Eduardo Sívori, de Buenos Aires. Ilustró para Ñ la serie “Los siete pecados capitales” de Fernando Savater. Horacio Elsinger lo describia así para la Revista Ñ, en febrero de 2004: "La pintura de Gucemas tiene la intensidad de un cross en la mandíbula. Al mismo tiempo es inquietante y ambigua. La ambigüedad surge de la belleza horrorosa de las imágenes... La pintura opresiva monstruosa de Gucemas, no está de más recordarlo, es pura ficción, es decir, constituye un universo que se rige por sus propias leyes”.

Su pintura es realmente impactante, para nada cómoda, sacude, indigna, conmueve. La muestra es también el reconocimiento a quien es considerado uno de los grandes realistas de los años 70 y probablemente el mayor representante de arte político del norte argentino

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