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Ángel Carrasco Garrorena, maestro del paisaje
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01-06-2012 Una retrospectiva del pintor pacense puede visitarse hasta el 1 de septiembre en el Museo Provincial de Bellas Artes

   A partir de hoy y hasta el próximo 1 de septiembre, el Museo de Bellas Artes acoge una exposición retrospectiva del pintor pacense Ángel Carrasco Garrorena. La inauguración, celebrada ayer en la pinacoteca provincial, estuvo presidida por el diputado-delegado del Área de Cultura de la Diputación pacense, Miguel Ruíz; el director del Museo, Román Hernández Nieves; y la comisaria de la muestra, Mª Teresa Rodríguez, reuniendo en torno al acto oficial a familiares, prestadores de obras y aficionados al arte.

    Esta es la segunda de las dos exposiciones principales programadas este año por el MUBA, como recordó Miguel Ruíz, tras la dedicada a José Rebollo López. “Podemos decir en este sentido -sostuvo el diputado- que la Diputación de Badajoz ejerce un mecenazgo sobre el arte y los artistas que le viene de lejos. Ángel Carraco Garrorena fue becado por esta casa entre los años 1913 y 1918 para formarse en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado, más tarde llamada Academia de San Fernando”.

   Garrorena fue uno de tantos pintores y escultores extremeños que se beneficiaron del mecenazgo artístico de la Diputación pacense en aquellos tiempos, junto a Adelardo Covarsí, Felipe Checa, Nicolás Megía, Eugenio Hermoso o Timoteo Pérez Rubio.

    Para comprender mejor la retrospectiva dedicada a Garrorena, Miguel Ruíz mencionó que “este admirable pintor vio truncada su actividad artística muy joven, a los 31 años, cuando se podían esperar los resultados más brillantes de su creatividad”.

     Atraído por París, el artista pacense pudo compatir la vivencia francesa con el hervidero de artistas ávidos de nuevos aires en la pintura. “Sin embargo -explicó el diputado-, allí comenzó su desafortunada enfermedad que le devolvió a Extremadura, donde quedó hospitalizado en 1924 durante casi 36 años, hasta su fallecimiento en 1960”.

     Ángel Garrorena fue ingresado en el sanatorio del Carmen de Mérida con el diagnóstico de demencia precoz en forma catatónica. Durante las más de tres décadas de internado, no se comunica verbalmente ni vuelve a pintar ni a dibujar el menor trazo. El artista muere el 23 de marzo de 1960 a causa de una dolencia respiratoria.

    Por ello cobra especial interés en esta exposición la obra reunida, ya que constituye la mayor parte de su producción. Explicó el director del MUBA que el número de obras expuestas asciende a 82, “conjunto que ha supuesto un esfuerzo mayor porque la creación del pintor es pequeña debido a su enfermedad. Piénsese que solamente pudo pintar durante unos 10 años y que esta producción pertenece a su época de juventud”.

   Román Hernández destacó la alta calidad de la pintura de Garrorena, considerada toda una lección de modernidad y soltura propia de un excelente artista muy bien dotado.

   Garrorena practicará distintos géneros pictóricos, entre ellos los temas costumbristas, acordes con el tiempo que le tocó vivir, el retrato, con el que conseguirá ejemplos verdaderamente merecedores de elogio y en los que sobresale su último autorretrato, y sobre todo el paisaje, con resultados de muy diversa índole. El paisajismo atrapó su atención y creatividad y nos muestra al artista en toda su plenitud, haciendo que forme parte del mejor elenco de la plástica extremeña.

    El pintor transita por el paisaje como adorno de la escena costumbrista, bien de corte impresionista, con especial atención en el tratamiento de la atmósfera del espacio elegido, o cuando flitrea    con el modernismo catalán, exuberante y colorista, de marcados elementos verticales en los que la línea desaparece. Practica el paisaje propugnado por la Institución Libre de Enseñanza, que centra su atención en los entornos naturales de Castilla, siendo prueba de ello algunas vistas panorámicas de sierras, así como roquedales quemados por el sol. Posteriormente llega a un estilo definido como “luminista” influenciado por uno de sus maestros más conocidos como es Joaquín Sorolla, centrándose en los espacios públicos de jardines, tanto de la capital española como pacense, donde los blancos se tiñen de rosas, malvas y diáfanos, o vívidos coloridos de verdes realizados con libres y empastadas pinceladas que juegan a reflejar en el lienzo la luz filtrada a través de las hojas y donde la figura humana aparece en contadas ocasiones.

    En este homenaje a Garrorena, el Museo Provincial le dedica dos publicaciones, la primera se ocupa de su producción pictórica y es fiel reflejo de la obra expuesta. “Nos estamos refiriendo -abundó Hernández Nieves- al catálogo de la exposición escrito por Mª Teresa Rodríguez, conservadora del Museo, y una segunda publicación que contiene 200 dibujos inéditos del pintor y que fue presentada en la pasada Feria del Libro de Badajoz, dibujos que se encontraron en el transcurso de la investigación que conlleva la producción de cualquier proyecto expositivo”. En ellos, Garrorena demostraba su gran capacidad para el dibujo.

Biografía de Garrorena

   Ángel Carrasco Garrorenanace nace en Badajoz el 4 de febrero de 1893, en el nº 31 de la calle Bravo Murillo, en el seno de una humilde familia trabajadora. Era hijo de Cayetano Carrasco Luengo, empleado de la Diputación, y de Enriqueta Garrorena Muría, hermana del fotógrafo Fernando Garrorena. De los seis hermanos del artista, destacan por su trayectoria los científicos Pedro y Rafael.

   Sus primeros estudios los cursará en el Instituto General y Técnico de Badajoz, apareciendo posteriormente matriculado en la Escuela de Artes y Oficios de la capital pacense durante el curso 1912-13 en la  asignatura de “Figura y Paisaje” impartida por Adelardo Covarsí, obteniendo el primer puesto con sobresaliente y premio extraordinario, y destacando junto al pintor y compañero Timoteo Pérez Rubio, con el que más tarde coincidirá en la Escuela de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid.

   Garrorena es uno de los pintores pacenses que son becados por la Diputación Provincial para ampliar sus estudios artísticos en la capital de España. La primera referencia a la concesión de la ayuda se encuentra en el acta de la sesión celebrada el 5 de diciembre de 1912, siendo la última la correspondiente a noviembre de 1918. Durante esos siete años le asignaron 1.000 pesetas anuales. Sin embargo, sus estudios en la escuela madrileña, iniciados en 1913, se prolonga hasta el año 1921, compaginando su trabajo en una casa de modas con la asistencia a las clases. Durante el curso 1919-20 fue alumno de Joaquín Sorolla.

   Sus excelentes dotes como pintor le hacen merecedor de múltiples distinciones y diplomas. Como pensionado de la Diputación, entrega a la Institución cuatro obras, “Claustro de la Catedral de Badajoz”, “Joven del Valle de Ansó”, “Aldeanas” y “Estudio de jóvenes”, conservadas en la actualidad en el Museo Provincial.

   De sus exposiciones, se conoce la que realizó en 1911 en los establecimientos comerciales de la calle pacense de San Juan, participando en las muestras de 1913 y 1916 organizadas por el Ateneo de la ciudad. En Madrid participa en el III Salón de Otoño de 1922 con el cuadro “Ría de Vigo”.

   En cuanto a su estancia en París al término de sus estudios y a una residencia corta en Cataluña, los datos son inexistentes. La enfermedad que le ataca en sus últimos años en la capital francesa hará que su vuelta a Extremadura sea irremediable, hasta su fallecimiento cuando contaba 67 años.   

   Horario de visitas: de martes a sábado, de 10 a 14 y de 16 a 20 horas. Los domingos de 10 a 14 horas. Lunes y festivos cerrado. Entrada por la calle Meléndez Valdés, 36.

 

Información adicional

Publica: Gabinete de Comunicación (Presidencia y Relaciones Institucionales)

 

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