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Escudo de Zarza-Capilla

Zarza-Capilla

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Zarza-Capilla

Monumentos

La peculiaridad que mejor caracteriza la población es que se encuentra dividida en dos zonas.

El sector histórico más antiguo, llamado Zarza Capilla Vieja o de Arriba, se sitúa en lo alto de la sierra configurando una trama de tradición medieval con calles tortuosas y en fuerte pendiente; compuesto por edificaciones populares de tipo rural que se apiñan alrededor de la iglesia parroquial de San Bartolomé, originaria del siglo XVI.

Foto: Vista

Habiendo resultado destruida prácticamente por completo durante la Guerra Civil de 1936, la población fue reconstruida después de la contienda; pero no en su mismo lugar, sino en otro inmediato, en los terrenos llanos del otro lado de la carretera de Cabeza del Buey a Peñalsordo, configurando un nuevo asentamiento llamado Zarza Capilla Nueva o de Abajo, o Nuevo Núcleo. Las obras, desarrolladas entre 1939 y 1955, consistieron en levantar 230 casas de nueva planta, iglesia parroquial, escuelas, y todos los demás servicios e instalaciones que configuran un poblado, siendo inaugurado el nuevo templo, con el que culminaba la actuación reconstructora, en 1967.

Mas, en el transcurso de las obras, los vecinos fueron reconstruyendo a sus expensas sus antiguas viviendas del núcleo viejo, prefiriendo instalarse en ellas, de manera que, cuando en 1955 se concluyó el pueblo nuevo, el viejo estaba también ya prácticamente reconstruido y habitado. De este modo, en la actualidad el asentamiento primitivo aparece revitalizado y pujante, en tanto que el otro se encuentra casi despoblado.

Los dos monumentos más destacados de Zarza Capilla son el Vía Crucis y la Ermita de San Isidro.


Vía Crucis

En los límites actuales del Pueblo de Arriba, existe un Vía Crucis conformado por catorce cruces levantadas sobre cuerpos de mampostería encalados y que forman un bello conjunto, hoy hermoseado con ayuda de los fondos europeos. Estas cruces fueron reformadas en 1537 gracias a la aportación de trescientos maravedíes, provenientes de la multa impuesta a tres vecinos por tocar las campanas sin el debido permiso.

En la madrugada de Viernes Santo, pasan por ellas los pasos de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Soledad a corta distancia. Después, con las luces del alba, la juventud regresa al lugar para celebrar la competición de "la mocha", aunque en otros tiempos el juego era el "lanzamiento de barra", similar al lanzamiento de jabalina, del que el Tïo Lopillo fue campeón nacional en un concurso presidido por Carlos IV y celebrado en Palacio.


Ermita de San Isidro

Reemplazando a la vetusta ermita de Santa Marina, cuya festividad se celebraba en Pentecostés, se levantó en Los Pocitos en el año 1983 y mediante suscripción popular, la Ermita de San Isidro. En otros tiempos, nuestras abuelas aprovechaban las aguas que manaban de estos charquitos que allí se encontraban para hacer sus coladas.

En este encantador lugar, celebraron su último yantar, el 24 de octubre de 1839, los bandoleros de Sandalio, hijo del pueblo, que capitaneaba a Salustino, de Cabeza del Buey y a Coguto. Estos convivían con otros escopeteros que fueron encargados de su persecución y que, tras el asesinato de Sebastián García que se negó a entregarles el importe de una vaca, recibieron órdenes severísimas de matar a los tres facciosos en al primera ocasión que se les presentase. Estos se asignaron previamente a quien debían apuntar y aprovecharon el estado de embriaguez de los bandoleros, en una de las múltiples comilonas que facciosos y escopeteros celebraban, para ejecutarlos. Quizá debido al estado de nervios del momento, no pudieron culminar lo encomendado: sólo uno de los bandoleros murió en el acto, Sandalio logó huir y fue a morir junto a la intermitente Fuente de los Zarzales, enla que una lápida recuerda el hecho, y el tercero llegó hasta la Piedra Madraque, palabra árabe que significa cama. Fueron enterrados a las afueras del cementerio viejo, unos metros más arriba de la Cruz cimera.

Textos y Fotografías: D. José Muñoz Rubio.

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